(CUENTO)
Tuve yo, mientras dormía,
un sueño que al recordar,
en verso, con sus detalles
aquí comienzo a narrar.
Resulta que estaba ” el gato ”
de un pintor ” en el taller ” ,
que los potes de la mesa,
al saltar hizo caer,
y la polícroma mezcla
sobre su cuerpo verter.
Un blanco lienzo impoluto
que allí el maestro dejó,
también el felino inquieto
del caballete tumbó.
Desde un lado para otro,
varias veces caminó,
y sus huellas matizadas,
en dicha tela estampó.
Sobre la misma se echa,
cansado de pasear,
su extensión embadurnando,
de acomodarse al tratar,
y cuando hubo reposado,
se aleja de aquel lugar.
Diré antes de proseguir,
para más información,
que aquel “pincel” se esmeraba
con clásica precisión,
pero los cuadros colgaban
difíciles de vender,
y cuando alguno compraban,
no cubría el alquiler.
Entonces un “nuevo rico” ,
de esos llamados “snob”,
y que por casualidad,
frente a aquel sitio pasó,
se introdujo en el estudio
a observar la producción.
Aquella “obra maestra”
le impacta por fascinante,
que sin pensarlo dos veces,
ávido adquiere al instante,
pagando por ella, dicen,
un elevado montante.
Exigía solamente
como previa condición,
que más que capricho era
para él “sine qua non “,
lujoso marco dorado,
fecha, firma y descripción
del motivo allí plasmado,
que para la admiración
y envidia de sus amigos,
expondría en la mansión,
junto a otras, ” tan valiosas”,
de su “rica colección” .
Por su “exótica belleza” ,
la crítica la ha elogiado;
su “perspectiva y matices” ,
varios premios conquistado.
Huelga por obvio decirles
que al cliente complació,
el año y firma estampando
en la derecha inferior.
Y sobre flamante placa,
igual que el marco, en Francés,
junto al nombre y apellido,
que al autor da a conocer ,
define el tema pintado,
cual: “Le chat dans l’atelier” .
Para optimizar su estilo,
y liberar la expresión
de moldes y ataduras,
ha desechado el pintor,
de la Estética las viejas
reglas de la tradición,
que hoy sólo observan colegas
sin “nombre y figuración” .
El aplauso y el respeto
su prestigio ha merecido,
y muy alto cotizarse
el artista conseguido,
con la ” fértil preferencia ”
de ese “público entendido”.
Ha adquirido nuevos gatos,
liebres y un camaleón,
que ” a la moda” le mantienen,
con su cooperación,
pues la antigua es obsoleta
en el “moderno salón” .
Y así ha llegado al final,
del sueño la narración,
que, si con la realidad,
se le encuentra relación,
será por casualidad
o simple imaginación,
pues es la pura verdad,
lo dicho por Calderón,
con agudeza, al rimar,
que: “los sueños, sueños son“.
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