S iete Perlas Brillantes, en el azul marino,
Siete Estrellas Fulgentes, engalanando a un Sol,
son las Islas Canarias, que al Teide Diamantino,
se entrelazan fraternas, en abrazo de unión.
I dílicos lugares, jardines perfumados,
tierra del noble Guanche, de honor y dignidad,
testigos de un remoto, misterioso pasado,
que se perdió en el tiempo, y en la profundidad.
E dén de bellas ninfas, de sencilla hermosura,
poema de ternura, simpatía y amor,
de gracia seductora, recatada lindura,
y dulzura de néctar, de retamas en flor.
T errenal paraíso, do en círculo armonioso,
la virtud, el sentimiento, la paz y la alegría,
danzan del suave Océano, al eco cadencioso,
y al son del Tajaraste, la Isa y la Folía.
E spejo inmaculado, que con besos de Nieve,
el Invierno dibuja, de Nivaria en la faz,
es el Teide… y el Nublo, huella de alto relieve,
en Tamarán, de Cronos, a su paso fugaz.
P aisajes fascinantes, y de brisas templadas,
que el Astro Rey fielmente, entibia día a día,
y del trinar sonoro, que en música animada,
el cantarín canario, entona en melodía.
E xtasis del poeta, que ve por vez primera,
su divina alborada, rebosante de luz,
respira su aire puro, su Eterna Primavera,
y sueña bajo el cielo, de su Perpetuo Azul.
R eliquias legendarias, vestigio montañero
de Hespérides, Atlántida, y en parte Purpurarias,
y otras Afortunadas del viejo marinero,
y que un día, ¡quién sabe…?, bautizara Canarias.
L ar que siempre recuerda, con profunda añoranza,
el Canario que evoca, su imborrable sabor,
y que jamás olvida, por tiempo ni distancia,
pues lo lleva muy hondo, dentro del corazón.
A nhelo del viajero, que a sus tranquilas playas,
va a disfrutar de allende, su horizonte romántico,
y del pintor que desde, sus altas atalayas,
estampa su figura, tendida en el en el Atlántico.
S untüosos vergeles, sobre la mar dormida,
donde en ronco rugido, guarda el Volcán Gigante,
entre valles frondosos y praderas floridas,
al vaivén de las olas, Siete Perlas Brillantes.
Autor: Prof. Domingo Ruiz Guzmán.
Investigador, Etimólogo y Poeta.
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